Blanqueamiento dental

Si estás pensando en hacerte un blanqueamiento dental te interesa esta información:

En la actualidad, es fácil encontrar ofertas de blanqueamientos dentales a bajo coste y que ofrecen resultados milagrosos. Sin embargo, el Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de la Primera Región (COEM), advierte del riesgo que puede esconderse detrás de estas ofertas que incluyen tratamientos cada vez más agresivos, prometen aclaramientos dentales de alta eficacia en pocas sesiones y pueden causar graves efectos en la salud.

A la hora de realizar un blanqueamiento lo primero que se debe tener en cuenta es la utilización de agentes y técnicas capaces de conservar la vitalidad de las piezas dentales. Llevar a cabo este proceso utilizando productos inadecuados o en cantidades incorrectas puede acarrear efectos secundarios importantes para los pacientes como problemas en sus encías o sensibilidad dental.

En qué consiste un blanqueamiento

A pesar de existir diversas técnicas de blanqueamiento en el mercado actual, todas se basan en el empleo de dos tipos de agentes químicos: peróxido de hidrógeno o de su precursor, el peróxido de carbamida, que pueden aplicarse de diferentes formas. Los productos de blanqueamiento con una concentración ≤ 0,1% de peróxido de hidrogeno se pueden utilizar en uso doméstico o en otro lugares distintos a la consulta del dentista, pero en concentraciones >0,1 y ≤6% sólo puede aplicarlos un dentista.

En cualquier caso, antes de realizarse un blanqueamiento, es importante que un dentista realice un diagnóstico previo. Después el paciente debe someterse a determinados procesos para eliminar así una parte importante de decoloraciones y placa bacteriana, y destruir en gran medida la necesidad de concentración y tiempo de utilización de los productos blanqueadores.

Tipos de blanqueamiento

Actualmente se ofrecen blanqueamientos en diferentes establecimientos, pero es importante conocer quién prescribe y supervisa el tratamiento:

  • Blanqueamiento realizado o supervisado por un dentista. Existen diferentes posibilidades en función de cada caso, siempre será el dentista el que valore la mejor opción. Este blanqueamiento puede realizarse en la consulta, -cuando el paciente acude al dentista y es este el realiza el tratamiento-, o ser ambulatorio, en este caso el dentista valora al paciente, realiza los moldes necesarios e instruye al paciente sobre la forma adecuada de aplicar el producto, y es el paciente quien se aplica el tratamiento en casa.
  • Además de los blanqueamientos realizados por profesionales médicos, se pueden encontrar en el mercado productos comerciales destinados a blanquear los dientes, compuestos casi siempre a base de peróxido de carbamida de baja concentración, y de venta libre que son anunciados en diversos medios de comunicación. Estos tratamientos son poco fiables, ya que es el propio paciente el que decide su utilización sin ningúndiagnóstico previo, sin control profesional por parte del odontólogo, lo que provoca que los riesgos adquiridos sean muy elevados y sus beneficios menores.Realizarse blanqueamientos dentales sin supervisión médica puede provocar diversos efectos secundarios como alteración de la rugosidad de la superficie del diente, hipersensibilidad dentaria, difusión hacia la lengua, labios o mejillas así como ingestión accidental, afectación de estructura dentaria, afectación del nervio del diente, lesiones en mucosas y encías, etc

Para ello hay tres claves que deben tenerse en cuenta a la hora de realizar un blanqueamiento dental:

  1.  Antes de realizarte un blanqueamiento, consulta a tu dentista de confianza. Los expertos desaconsejan realizar ningún tipo de blanqueamiento si no existe un diagnóstico previo en cuanto a etiología, estado general y bucal del paciente, con una valoración apropiada por parte de un odontólogo sobre las posibles indicaciones o contraindicaciones.
  2. No existe ningún agente blanqueador totalmente inocuo, por eso es fundamental la supervisión de un dentista. Las complicaciones y efectos adversos suelen ir directamente relacionados con el grado de concentración y tiempo de actuación del mismo, y, sobre todo, por el estado previo de la boca, por eso siempre debe valorarlo un dentista.
  3. Desconfía de la publicidad de tratamientos baratos que prometen resultados milagrosos.

Algunos de los productos blanqueadores aceptados como cosméticos están poco estudiados y sus efectos adversos son muy considerables.

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